Cada vez más familias se animan a dar el paso, gracias a programas de
ayuda financiera y asesoría personalizada
Por Carlos Roa
Tener una casa propia es uno de los grandes sueños de la comunidad hispana en
Estados Unidos, y Pittsburgh no es la excepción.
Aunque la ciudad ofrece enormes oportunidades, su mercado inmobiliario puede resultar complicado para quienes desconocen las reglas, los recursos disponibles o las opciones de
financiamiento.
Conscientes de esa necesidad, Pittsburgh Hispanic Development Corporation ha
hecho de su programa de compra de casa uno de los pilares centrales del
programa de vivienda.
Lorena Ficarra, Housing Manager de la organización, acompaña a los clientes
desde el primer paso hasta el cierre de la compra y la entrega de las llaves de la
propiedad con agentes de bienes raíces y entidades de financiamiento
hispanohablantes.
Alianzas y planificación
“Estamos asociados con otras organizaciones sin fines de lucro que cuentan con
programas de ayuda para el pago inicial y los costos de cierre”, explica Ficarra. “Si
alguien no sabe por dónde empezar, lo acompañamos desde cero, explicando
paso a paso el proceso”.
La clave, dice, está en la planificación. “Muchas personas creen que es
inalcanzable. Pero hoy existen programas que hacen posible lo que antes parecía
imposible”, asegura.
Por ejemplo, ya no es necesario ahorrar el 20% del valor de la vivienda: hoy se
puede iniciar con solo un 3% o 5%, e incluso ese monto puede ser cubierto por
programas de ayuda. “En algunos casos no es un préstamo, es una asistencia
financiera para gastos de cierre”, enfatiza.
Con el tiempo a favor
El acompañamiento incluye revisar el historial financiero del interesado, su puntaje
de crédito y documentos como declaraciones de impuestos y movimientos
bancarios.
Si es necesario, PHDC, en colaboración con aliados estratégicos, sugiere mejoras
en el crédito y diseña un plan personalizado. “A veces hay que esperar unos
meses, pero se logra”, dice Ficarra.
La Corporación Hispana realiza entre dos y tres rondas de sesiones informativas
individualizadas al año, con más de 20 participantes por edición, en conjunto con
bancos y entidades aliadas. En ellas se brinda orientación individual, revisión de
perfiles y planificación. Cada sesión dura una hora y media. “Pero si alguien quiere
empezar hoy, puede hacerlo. No tiene que esperar a la próxima jornada”, aclara.
A la fecha, PHDC ha facilitado la compra de vivienda a 7 familias en la región de
Pittsburgh, y 2 a obtener créditos para la remodelación de su primera vivienda.
El valor emocional de una propiedad
Comprar una casa, agrega, también tiene un valor afectivo. “No es solo una
inversión: es tu espacio, tu estilo, tu lugar. Y ser propietario te permite construir
crédito y revalorizar en el tiempo tu propiedad”. Un hecho que incrementa la
percepción real de seguridad financiera y tranquilidad emocional en los
compradores.
El mensaje final de la especialista es claro: “con planificación, asesoría y acceso a
los programas adecuados, el sueño de tener casa propia está más cerca de lo que
muchos imaginan”.


